Exposición: París pese a todo. Artistas extranjeros,
1944-1968.
21 de noviembre de 2018- 22 de abril de 2019.
Museo Nacional Centro
de Arte Reina Sofía, C/ Santa Isabel nº 52, Madrid.
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Detalle de Juanito va a la ciudad, obra de Antonio Berni. |
“Siempre nos quedará París” le
dice Rick a Elsa al final de Casablanca,
una película que a través del amor de estos dos personajes nos habla de la
condición del pasado como algo irrecuperable, irrepetible y, a su vez,
perdurable en nuestro interior de una forma insondable. En cierta manera, París pese a todo, la exposición
comisariada por Serge Guilbaut en el MNCARS, nos habla también de esto: el
París de la posguerra como pretensión de algo que fue, pero que ya no es.
En efecto, uno de los ejes
vertebradores de la exposición resulta ser la reivindicación del ambiente
artístico de París de posguerra y hasta mayo del 68 pese a su retroceso como
centro cultural y artístico del momento ante el empuje del expresionismo
abstracto americano como la gran corriente pictórica internacional.
Precisamente, el comisario de esta exposición es también el autor del libro De cómo Nueva York robó la idea de arte
moderno, donde Guilbault explicita cómo París pasa a segundo plano en el
ámbito artístico como producto de los intereses de Estados Unidos frente al
comunismo soviético en el contexto de la Guerra Fría. Así pues, teniendo en
cuenta estas consideraciones del comisario en su obra acerca de la relegación
interesada de París a un segundo plano — artísticamente hablando —, se entiende todavía más la reivindicación
del París de posguerra hasta el París de mayo del 68. Con todo, resulta
bastante claro que la capital francesa no era ya lo que en algún momento había
sido, quizá también por la incapacidad para reconocer las críticas así como por
las divisiones políticas. Pese a todo, a París todavía le quedaba mucho que
decir.
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El background de Jackson Pollock, de Erró. |
Un ejemplo de esto es el otro eje
vertebrador de la exposición: la llegada de muchos artistas extranjeros a
París, que contribuirán a animar el ambiente artístico de la capital francesa.
Queda esto convenientemente reflejado en la exposición a través de la inclusión
de obras que estaban en la Galería Huit, destinada a que artistas de varias
razas y etnias se pudieran reunir y exponer sus obras; o la presencia de obras
que se encontraban en la Galería Arnaud, donde se quería ofrecer a los jóvenes
artistas abstractos de distintos países un lugar donde exponer sin miedo a los
ataques más feroces de la crítica parisina más conservadora.
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Tailor shop, de Haywood (Bill) Rivers. |
Resulta claro pues cuáles son los
dos ejes vertebradores de la exposición. Pero aparte de ello, parece apropiado
destacar un asunto que está presente a lo largo de toda ella, como es la
fascinación por la basura, por los desechos: lo encontramos en las esculturas
de Shinkichi Tajiri, lo encontramos en la obra de Ida Karskaya o en la de
Antonio Berni. Quizá este leitmotiv,
este relato acerca de la fascinación por los objetos desechados de la
cotidianidad, nos está hablando de la rapidez de la vida moderna, de lo efímero
y pasajero que resulta todo en ella; en definitiva, de la pronta obsolescencia
de todo lo que está dentro de la realidad capitalista.
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Lament for Lady (for Billie Holiday), de Shinkichi Tajiri. |
Por tanto, París pese a todo se configura como una exposición que recoge lo
que estaba pasando artísticamente en París desde el año 1944 hasta el año 1968
en un ambiente caldeado políticamente y con la cada vez mayor presión del
expresionismo abstracto, y lo hace sin perder de vistas sus protagonistas: en
su mayor parte, gente de fuera de Francia que acudía a la capital en tanto que
aún se presentaba como refugio de libertad y creatividad. En este sentido,
parece apropiado decir que a estos artistas — afroamericanos, homosexuales o
con poca libertad creativa en sus países —, como a Rick y a Elsa, siempre les
quedaba París. Y al final es eso lo que refleja acertadamente la exposición:
que París, pese a todo, seguía allí como verdadero lugar de encuentro y de
creación artística.
José Antonio Roch.
Bueno. Creo que eres demasiado indulgente con esta exposición.
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