Título de la exposición: QUI CUSTODIET IPSOS CUSTODES - Una exposición de pintura.
Artista: Jaime Pitarch.
Lugar: F2 GALERÍA. DOCTOR FOURQUET 28. 28012 MADRID. SPAIN. TEL:
+34 91 504 81 06 http://www.f2galeria.com/exposicion/jaime-pitarch-una-exposicion-de-pintura/
info@f2galeria.com
Horario: De martes a viernes: 10:30-19:30 h. Sábado: 11-14 h.
Fechas: Del 2 de febrero de 2019 hasta el 23 de marzo de 2019.
Entrada: Gratuita.
¿Qué son siete años en la vida de
un artista? ¿Dos residencias, tres becas, tres individuales y dos colectivas?
Todo eso y más. Para Jaime Pitarch (Barcelona, 1963), entre muchas otras cosas,
siete años es el periodo de ejecución de la serie que nos ocupa, son sus latas.
Qui custodiet ipsos custodes (2011-2016) |
Este trabajo no se trata tan solo
de una acertada apuesta estética, es una subversión del modo de producción
artístico, cultural, capitalista en última instancia. En suma, se trata de
contradecir una de las máximas falacias de la economía capitalista: la productividad
como perfecto sinónimo de eficiencia. Como se cuestiona el mismo artista: “¿limitamos
acaso la idea de tiempo a la productividad? ¿Es que solo nos interesa el tiempo
para medir cuánto producimos o cuándo estamos produciendo y cuándo no?” Jaime
Pitarch, diferenciándose de las máquinas y de la mayoría de los creadores, osa trabajar sin una fecha autoimpuesta. Y como no
podía ser de otro modo, la obra se dio ella misma por conclusa cuando la lata
terminó de vaciarse, de exteriorizarse, cuando la pintura se hizo visible.
Es común, como es el caso de la
presente exposición, que Jaime juegue con el poder estético de la obra al tiempo
que da fuerza al significado a través de su propia concepción formal. En este
sentido deja al espectador elegir dónde quedarse, si en el simple nivel
estético o en otro más trascendental, conceptual. Esto se ejemplifica más
claramente en su obra Invoice (2018), donde
el autor juega con las locuciones inglesas “in voice” (en voz) e “invoice”
(factura). Se trata de un conjunto de videoinstalaciones que se pudieron ver en
el Tecla Sala Art Centre de L´Hospitalet de Llobregat en el último cuatrimestre
del pasado año. En ellas, una serie de individuos cantan a modo gregoriano las
facturas derivadas del proceso de producción de la obra. En este caso se
contraponen la belleza del canto gregoriano, su espiritualidad, a lo mundano
del contenido. Algo parecido vemos en la obra aquí expuesta, donde lo
espiritual pasa a ser la obra conclusa y lo mundano el proceso de elaboración
de la misma (y en realidad de toda pintura), es decir, el vaciamiento del
propio bote de pintura. Con estas creaciones, Jaime saca el residuo –ahora la
lata de acrílico, antes la factura- del lugar que le otorgamos, de la basura, para llevarlo
al estatus de lo artístico encima de una peana.
Todo gana en el espacio vacío de la galería. En esas paredes virginales salpicadas con estas latas monócromas, de colores acrílicos saturados y de una materialidad háptica que invita al intruso a querer subvertir las reglas de juego y tocar la obra, tocar la pintura.
Sí, es lo que no parecía, es una obra conceptual –y sí, por
qué no decirlo, también bonita. Y es un viaje. No solo un
viaje de tipo metafórico al que podría aludir al referirnos a cualquier obra de
arte en tanto nos transporta a otra realidad; es
también un viaje en el sentido más cotidiano posible: movimiento físico. Y es
el viaje más corto que haya sido hecho jamás por una brocha. ¿O acaso se conoce viaje más corto que el del interior al exterior de la lata?
Javier Leñador González-Páez.
Muy bien, Javier. Veo que simpatizas con todo lo que criticas. No sé si es muy correcto llamar "Jaime" al artista, como si fuera amigo tuyo. Es preferible utilizar el apellido.
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