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Amauta: mirada indígena


Artista: Exposición colectiva
Título de la exposición: Redes de vanguardia: Amauta y América Latina 1926-1930
Espacio: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Dirección: C/ Santa Isabel, 52
Fecha: 20 febrero- 27 mayo, 2019


El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia [MNCARS] presenta la exposición Redes de vanguardia: Amauta y América Latina 1926-1930 [20 de febrero- 27 mayo, 2019]. Inscrita en el círculo expositivo del pasado ARCO Perú, la muestra está comisariada por Beverly Adams y Natalia Majluf. Reflexionando sobre cuestiones raciales, nacionales y políticas, se centran en 1920, más concretamente en la revista Amauta. Editada entre 1926 y 1930 por José Carlos Mariátegui, la revista sirvió como plataforma internacional e intercontinental; actuando como lugar común, permitió intercambio de cartas, artículos y pensamientos a lo largo de toda América Latina y gran parte de Europa. La muestra supone una pequeña introducción a la vida de Mariátegui, haciendo hincapié tanto en su viaje a Europa como en el contexto generado en torno a la revista.

El viaje europeo del periodista limeño se debió a un exilio político debido al clima político peruano y su actuación como escritor del proletariado. Durante este viaje rechazó cualquier acercamiento turístico, buscando los círculos de intelectuales de la época. De esta manera conoce en Italia al argentino Emilio Pettoruti, futurista que le introduce en este ambiente y le retrata como vestigio del mismo. El mismo retrato lo encontramos en una de las salas, acompañando un catálogo de la exposición alemana Der Sturm, mediante la cual conoció la vanguardia rusa.

Toda esta situación vivida durante su viaje transoceánico generó en Mariátegui la inquietud de crear una revista, pues entendía la vanguardia política y la estética como un solo ideal, capaz de cambiar las realidades obreras. Es así como se gesta la revista Vanguardia, de la cual vemos unos cuantos logos en la misma sala. Dicha revista no llegaría a salir hacia delante, mutando en la posterior revista Amauta. La influencia futurista se percibe en el crear una nueva realidad, romper con los moldes establecidos para crear una vanguardia latinoamericana propia. Muestra de ello podemos verlo en Máscara, obra de Germán Cueto, la cual presenta una realidad puramente indígena al remitir a las máscaras teotihuacanas. El crearlas con materiales distintos  a los acostumbrados, supone la unión entre tradición y modernidad, esa mezcla entre indigenismo y vanguardia buscada por Mariátegui.



Con el paso por estas salas, vamos comprendiendo el entorno que rodeaba a la revista. Las obras, debidamente seleccionadas, corresponden a un criterio claro: la representación de la revista en detrimento de la representación historiográfica. La importancia reside en la red creada por Amauta, no en establecer una ruta por la historia peruana de 1920. Por ello se dispone una mesa con una serie de fanzines como representación de cada uno de los 33 números de la revista. La gran labor de conservación se debe a la misma familia Mariátegui, la cual mantiene vivo su legado de manera sustancial al haber digitalizado y permitir acceso gratuito a todos los archivos que se tienen. La mesa y las revistas funcionan como ejemplo físico y práctico de lo identitario en la revista original como lugar de intercambio y discusión.

La red creada por la revista auspiciaba la tradicional realidad latinoamericana como algo a reivindicar, alejándola de los tópicos y enalteciéndola. Es el caso de un Sarape mexicano, el cual se presentó en la exposición “100 años de arte mexicano”. Al colocar un elemento de arte “menor” –artesanía- a la altura de obras de arte más ligadas al concepto tradicional, la categorizó como dentro de esa órbita de Bella Arte. Es un hecho a tener en cuenta, no solo por el cambio que supuso, sino por la rica iconografía mexicana vista en el mismo, lo cual añade un punto a esa idea de poner en valor la tradición. La sala está repleta de más elementos de artesanía pertenecientes a personalidades que escribieron en la revista. Asimismo vemos cáscaras de mate dedicadas a José Sabogal, quien fuera el diseñador gráfico.

Salas posteriores nos hablarían de la relación política, del proletariado y periódicos más ‘accesibles’ como fuera El machete. La diferencia entre Amauta y el resto de revistas, es que esta no actuaba como informador, sino como revista de pensamiento, anteponiendo la teorización y el generar ideas al presentar información. Sin embargo sí encontramos asociación política como sería en el caso de la Alianza Popular Revolucionaria Americana [APRA], partido socialista con gran fuerza en México. La muestra presenta la influencia doctrinaria de la revista de Mariátegui a la hora de crear pensamiento, de cuestionar ideales e ir vinculada a una ruptura ideológica, formal y estética.

Las últimas salas dejarían clara evidencia del legado artístico de Mariátegui: una sociedad moderna, que abraza los valores tradicionales y los hace suyos. Una vanguardia indígena, propiamente latinoamericana que destruye todos los estereotipos preconcebidos sobre las realidades presupuestas en México, Perú, Argentina… La misma portada de la revista deja claro el mensaje; la mirada que nos devuelve el indígena es solemne, llamativa y sublime. Una forma de ser alejada de la tradición caduca, acercándose a esa idea de ‘Sabio’ o ‘Maestro’, denominación dada por la revista cuyo nombre –Amauta- viene a significar precisamente esto.

Si bien Mariátegui dejó un legado, hemos de agradecer la labor de la familia en tanto a conservación, así como la de las comisarias y el MNCARS de visibilizarlo. Se trata de una exposición compleja, difícil de comprender si no entendemos el contexto generado en torno a la revista, pero una vez somos capaces de sumergirnos en esta órbita, la comprensión viene de manera sencilla. Amauta es un testamento en vida, una forma de cambiar el pensamiento creando una asombrosa red en el momento, una transversalidad que a día de hoy envuelve a la institución que la acoge, rezumando esa esencia indigenista.


Fernando Sánchez Morote

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