Título: Poéticas de la democracia - Imágenes y contraimágenes de la Transición.
Lugar: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía - Edificio Nouvel, Planta 0
Fecha: 5 de Diciembre de 2018 al 25 de Noviembre de 2019.
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Antonio Mercero. La Cabina, 1972. |
Parece que han sido muchas las miradas que han echado la vista atrás a nuestra historia reciente para conmemorar el 40 Aniversario de la Constitución Española. Un hecho de gran peso, que sin duda ha sido aprovechado para que se vistan y se presenten a escena dos de las propuestas curatoriales del Museo Reina Sofía.
La primera, ha ocupado dos de los espacios más emblemáticos de la democracia española: El Congreso de los Diputados y el Senado. Una exposición organizada por El Museo Reina Sofía, las Cortes Generales y Acción Cultural Española (AC/E). Una muestra que bajo el recurrente título: “Arte y Poder”, ofrecía la posibilidad de reflexionar sobre el vínculo complejo entre el arte y el contexto de los distintos poderes que lo contraponen y contextualizan.
Pero la propuesta que nos incumbe ha sido ubicada en la sede del Museo Nacional y Centro de Arte Reina Sofía, bajo el título: “Poéticas de la democracia. Imágenes y contraimágenes de la Transición”. Una exposición de carácter discursivo donde circulan historias que a su vez nos cuentan otra historia: la de una década compleja y convulsa protagonizada por el paso de una dictadura militar que duró casi cuatro décadas a una democracia.
Un discurso producto de 10 años de investigación por el departamento de Colecciones del Museo Reina Sofía, con el propósito de recuperar las experiencias artísticas apartadas del marco institucional de la época. La mayor parte de las obras que componen la muestra pertenecen a las colecciones del MNCARS. Otras han sido adquiridas, completando el arte oficial de la esfera antifranquista y ampliando la colección del Museo con la producción artística de la contracultura. La exposición ha sido comisariada por Rosario Peiro, Lola Hinojosa, Cristina Cámara y Germán Labrador.
Mediante un recorrido circular, la muestra recoge dos elementos importantes en la transición: la participación de España en la Bienal de Venecia del 76 y la de aquel otro Arte que quedó excluido de esa visión institucionalizada.
El primero, narra la historia de un acontecimiento artístico. La intervención española en la Bienal de Venecia de 1976. Esta representación recogía el desarrollo crítico del Arte Español y sus relaciones con la realidad socio-política desde la República hasta el 76. Supuso un primer intento de construcción de un relato artístico desde la vertiente política de izquierdas, bajo el título: España. Vanguardia artística y realidad social (1936-1976). Un proyecto oficial de una representación no oficial que fue organizado por la comisión de diez integrantes: Tomás LLorens, Valeriano Bozal, Alberto Corazon, Oriol Bohigas, Manuel García, Agustín Ibarrola, Antonio Saura, Rafael Soles, Antoni Tapies y Manuel Valdés.
Siguiendo un trabajo de recuperación arqueológica, la exposición exhibe los restos de una cinta que recorrió en su día el espacio explosivo para reconstruir el contexto histórico, económico, social y político e insertarnos en el discurso. El análisis crítico del arte español desde 1939 a 1976, presta atención a los movimientos manifiestos del período y a los grupos y artistas ligados a las mismos: Dau al Set, El Paso, Equipo 57, Equipo Crónica, Alberto Corazón, Juan Genovés etc. De esta forma, en el primer espacio las obras se reproducen de forma casi idéntica a la sala principal de la muestra española en Venecia. Presenta unos materiales en los que destacan sus criterios expresivos. Entre otras razones, porque al igual que en esta exposición, constituían en aquel entonces la entrada y salida de la exposición y debían tener la función de atraer al espectador por medio un impacto visual.
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Vista de la exposición. Síntesis expresiva. Poéticas de la democracia - Imágenes y contraimágenes de la transición. 2018 |
Otra de las líneas que articularon aquella muestra, atendía al Arte y la realidad socio política en la guerra civil española, mediante la Reconstrucción del Pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937. Una muestra del cartelismo y gráfica de la época acompañaban las obras de una generación de artistas que estuvieron activos durante la guerra: Picasso, Miró, Sánchez, Renau, lo que suponía una primera aproximación al exilio artístico español.
Lienzos, esculturas, instalaciones conceptuales, carteles, serigrafías, recorren las salas que estuvieron presentes en la Bienal y que ahora se encuentran expuestas en el Reina Sofía, ofreciéndonos de nuevo, la posibilidad de reinterpretar el panorama artístico español, cuestionar sus planteamientos, sus propuestas y por supuesto, su propia práctica.
Un retrato que queda complementado con una serie de documentos que contextualizan y reflejan las controversias, conflictos y diálogos producidos a lo largo de su proceso de organización. Ya que aún siendo una visión crítica en contra del régimen, adoptó un factor institucional normativo, convirtiéndose en una versión potenciadora del mismo sistema del mercado del arte, ahogando cualquier posibilidad del surgimiento de una cultura auténtica, viva y colectiva que constituye el otro eje vertebrador de esta exposición: Los olvidados de la Transición.
De esta forma, las siguientes salas expresan las manifestaciones artísticas y culturales producidas dentro de la cotidianidad y la vida. Así, toman protagonismo los colectivos, asociaciones vecinales, los jóvenes, los movimientos feministas, y los marginados constitucionales. Emblemas de una década que buscaba la libertad tanto en el ámbito artístico como en la vida privada.
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Por último, llegamos al final del recorrido y también de una historia, llegamos a las últimas estancias del camino constitucional. La última sala recoge las expresiones opuestas en la proclamación de la Constitución española. Lo más interesante es que muchas de las críticas contrarias que bullían en el nacimiento de nuestra Constitución continúan siendo hoy en día las mismas por las que se pide una reforma.
El interés que despierta esta exposición es bífido como su mensaje. Por una parte, es una oportunidad para poder visitar una colección de gran interés artístico, y por otra, constituye una interesante revisión de un momento histórico que sin duda nos dejó huella. Frente al consenso de la Transición, representada por la feliz interpretación del Abrazo de Pablo Genovés, subyace un época de gran agitación, controversias y discrepancias, pero también con grandes ansias de paz y libertad. Una historia que contiene múltiples historias y que sin duda manifiesta los entresijos entre el arte y la política.
Soledad García.
¿la exposición exhibe los restos de una cinta que recorrió en su día el espacio explosivo?
ResponderEliminar"El abrazo" no es de Pablo, sino de su padre, Juan Genovés.
Problemas de redacción.