Exposición: Living Together
Artista: Maíllo
Dirección: Galería Ponce + Robles, Calle de la Alameda, 5, 28014, Madrid
Fechas: del 16 de febrero al 30 de marzo de 2019
La galería Ponce + Robles, proyecto de los veteranos galeristas Raquel Ponce y José Robles iniciado en 2013, presenta, por tercera vez, la obra del joven artista madrileño Maíllo bajo el título Living Together. Exposición que reúne casi cincuenta obras de factura y dimensiones variadas ,realizadas en su mayoría en 2019, excepto una serie de treinta y cinco cuadros de menor formato fechada de 2018, encargo expreso de un coleccionista peruano. Anteriormente, Enhanced Enptying (2016) y Detroit (2013) fueron otras muestras individuales del artista en esta galería. Ponce + Robles, habitual en ferias como Maco (México DF), Volta (Basilea) o Art Lima, busca incrementar la presencia de artistas españoles en foros internacionales, así como acercar la creación emergente extranjera al mercado nacional. Este mismo año, artista y galería han participado de la mano en la edición anual de ARCO.
Nacido en 1985, Maíllo es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y ejerció durante un tiempo como asistente del también pintor madrileño Secundino Hernández, de quien se aprecian influencias en cuanto a dinámica y trazo expresivo. Maíllo ha sido citado en multitud de publicaciones, y forma parte de las plataformas In Transit, del archivo de creadores de Matadero Madrid y Oral Memories, dependiente del Ministerio de Cultura y Promoción del Arte. Su obra hoy forma parte de diferentes colecciones públicas y privadas en tres continentes.
Maíllo define la pintura “como un motor de pensamiento. En combinación con el dibujo, ayuda a establecer diagramas y mapas conceptuales. La pintura ordena los distintos desplazamientos políticos, sociales y culturales, de los que muchas veces somos testigos impotentes. La pintura los hace legibles y devuelve nuestra mirada al centro de los acontecimientos”. Así, el pintor utiliza su gestualidad frente al lienzo para comprender la realidad, ese vasto caudal de estímulos de la frenética vida contemporánea. Y, naturalmente, esa realidad actual también penetra en la obra: Maíllo cartografía el entorno y a través de su pintura se erige como un catalizador o traductor de impulsos iconográficos inmortalizados en los territorios de la música, o de la cultura televisiva. Influencias estas que se aprecian a simple vista. Estos lienzos, formados por mapas de fragmentos figurativos, presentan todos técnica mixta: se observa grafiti, pero también uso de rotulador, incluso algo de collage. Esos colores vivos tan presentes remiten al cómic, al cine, a la cultura visual tan llamativa en definitiva, clave para el éxito de masas.
Maíllo lleva años inmerso en un cuestionamiento profundo de la pintura, reflexionando sobre su propósito y su sentido en un contexto de auge y popularización del arte del espectáculo, de las instalaciones, de lo visual, de lo digital. Ya lo dijo Fernando Mastretta: “con las nuevas técnicas, no se encuentran muchos pintores entre los artistas jóvenes. Nosotros tenemos que trabajar la tradición y los materiales de siempre, lo que tenían en el Barroco, buscando extraer nuevas ramificaciones a partir de eso”. Hace décadas que la pintura necesita y busca una nueva definición. En España, también. Pero es posiblmente justo en eso que los medios digitales son incapaces de ofrecer, donde radica la utilidad, la ventaja y la esencia de la pintura: en la capacidad de otorgar un descanso, un retiro, un respiro ante las miríadas de imágenes difundidas sin descanso por todas las pantallas que nos rodean y a las que otorgamos una extraña capacidad de dominio sobre nosotros cuando nos sumergimos diariamente en ese pegajoso espacio virtual. Esa cuestionada utilidad de la pintura quizá debería reducirse, simplemente, a las sensaciones que provocan en el receptor la deriva impulsiva y explosiva del caleidoscopio mental del artista. Así se relacionan pintor y espectador o coleccionista de arte: ambos son cuerpos sometidos a la vorágine de un mundo que ya es imagen constante, miradas por tanto en busca de un reposo, de un asidero donde descanse la realidad que nos engulle. Pero también, dentro de ese replanteamiento de la pintura, hay que entender ahora la relación entre el mirar y el actuar, adentrándonos en el camino hacia la emancipación como espectadores con la certeza de que mirar es ya una acción afirmativa, y que trasforma.
Esas grandes cuestiones sobre la pintura, aparentemente irresolubles, como: ¿qué es la pintura?, ¿qué mediación guarda con el mundo?, ¿cuál es el poder demiúrgico que posee? se pueden resumir en una ulterior: ¿cuál es la relación entre la pintura y el coleccionista? Entendiendo el coleccionista como el sujeto que compra esas obras de arte para contemplarlas, podríamos ampliar su definición para hablar de público o sociedad en general, que también es consumidora y espectadora de la pintura. Pero que a la vez está afectada por las nuevas técnicas del arte contemporáneo, que parecen haber excluido a una pintura enclaustrada en su absoluta objetualidad, su vis decorativa y representacional.
¿En qué parte del camino se perdió su poder transformador? Javier González Panizo, encargado de redactar la hoja de sala de la exposición, afirma: “Si la pintura tiene alguna función social ésta debe de inferirse de su contemplación directa, de la capacidad del espectador –más aún del coleccionista– de entablar una relación disruptiva con el mundo a través de ella”.
En fin, la pintura de Maíllo destila, a la vez que reflexión y cuestionamiento, una gran fe. Al fin y al cabo, de no seguir creyendo en ella, desaparecería tras siglos de poderosa existencia, ahogada en la pérdida contemporánea de propósito y desterrada por la dura competencia de las recién nacidas pantallas. Aún hay quienes la seguirán reinventando para no la dejarla morir.
Laura Tapia Bellido
Opiniones muy problemáticas, como la de que la pintura ofrece un lugar de descanso o la de que su espacio se encuentra finalmente en el coleccionista no se sabe si proceden del propio artista o de tus propias opiniones.
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