Generaciones 2019, escenario de la nueva escena
Artistas: Saelia Aparicio, Ana Barriga, Mario
Espliego, Ana García-Pineda, Ignacio García Sánchez, Susanna Inglada, Raisa
Maudit y Lucía Moreno.
Título de la
exposición: Generaciones
2019
Comisario: Ignacio Cabrero
Espacio: La Casa Encendida
Dirección: Ronda de Valencia nº2, Madrid
Fechas: hasta el 28 de abril de 2019
La Casa Encendida
utiliza su sala subterránea para sacar a la luz los trabajos de los ganadores
del concurso Generaciones 2019, un canal de visibilización que,
tras diecinueve ediciones, se convierte en espacio de referencia del arte
joven. Los ocho proyectos seleccionados conforman una muestra cuyo común
denominador es el teatro entendido como instrumento capaz
de generar experiencias singulares. Ignacio Cabrero, comisario de la
exposición, enhebra con astucia para crear cohesión en un acontecimiento que
tendía a ofrecerse desunido y caótico.
Así pues, la
instalación Una serenata fallida inaugura el recorrido. Raisa
Maudit transforma su rincón en espacio de invocación y deja constancia, a
través de un diario, un patinete-ouija y varios dibujos automáticos de las
conversaciones que ha mantenido a lo largo del tiempo con Wolfang Amadeus
Mozart, fuente de inspiración principal y héroe de infancia. Si bien su
propuesta puede resultar de lo más estrafalaria, Raisa destapa un conocimiento
notable de nuestra cultura barroca. Su interés por el trance se debe, no solo
al deseo de establecer contacto con el compositor sino también a la importancia
que tuvieron estos estados de conciencia alterados o alternativos en la tradición
de la música clásica. Los directores de orquesta debían de entrar en trance
para así poder afectar con veracidad las emociones que querían que los músicos
transmitieran a su vez al público.
El siguiente
escenario, titulado Amarout World’s Fair, convierte al espectador
en visitante de una suerte de expo universal ficticia. Una serie de obras
conforman el pabellón de Utopio, un lugar donde el capital y los símbolos
nacionales han sido destruidos, un lugar donde reina la paz entre los
trabajadores. Ignacio García Sánchez referencia el urinario de Duchamp de
manera muy explícita y se convierte así en uno más de entre los millares de
seres humanos que decidieron citarle.

Saelia Aparicio, Prótesis para invertebrados, 2018
Saelia Aparicio
obtiene un lugar protagonista en la exposición con Prótesis para
invertebrados. Su instalación se encuentra aislada del resto por lo que
consigue un grado de escenificación mayor. El olor a limpio, enclaustrado entre
cuatro paredes que disuelven y carbonizan figuras femeninas, pretende estimular
partes del cerebro ligadas a la memoria. Sus esculturas feminizan objetos
cotidianos y de limpieza, remarcando la relación de la mujer con este tipo de
tareas domésticas. Una iniciativa artística que surge a partir de la lectura de
una investigación científica en la que se descubrían altos niveles de
contaminación en algunos de los lugares más recónditos del mundo, como las
Fosas Marianas.
Un diálogo entre
presente y pasado cimenta la obra de Ana Barriga, siendo el Tesoro del Delfín
y, en particular, los estuches que protegían aquellas ricas alhajas, los
grandes protagonistas de este relato. El título El taller de las moscas refuerza
el vínculo con historias pretéritas al referirse al taller milanés de
Metellino, célebre por la habilidad de sus artesanos de disimular y ocultar las
imperfecciones de la materia. Grietas, cortes, hendiduras y rotos cuentan los
traumas sufridos por el objeto, superficies que, a modo de piel, muestran sus
cicatrices y traslucen sus historias. Sin embargo, nada de ello es visible en
el restaurado tesoro y Ana nos lo recuerda a través del estuche y su poder de
ocultar.

Ana Barriga, El taller de las moscas, 2018
Esculpidas cuerdas
vocales que cantan intrigas del flamenco, pantallas y gráfica que retransmiten
cultura de internet, cuerpos al estilo de Bernard Buffet que versan sobre Masa
y poder de Canneti y cartografías que rescatan la historia de la raya
completan la muestra. Mario Espliego, Lucía Moreno, Susanna Inglada y Ana
García-Pineda, sus responsables.
La unidad
discursiva entre los proyectos de esta edición de Generaciones resulta
muy acertada. Lo habitual era enfrentarse a un itinerario salpicado por discursos
de lo más dispares, en los que no era inusual que el visitante saliese confuso
y mareado. Además el conjunto aporta nuevas aproximaciones a algunas de las
líneas de fuerza más contemporáneas como son la teoría poscolonial (Hombres
sentados haciendo rayas de Ana García-Pineda), los estudios
sobre la memoria (El taller de las moscas de Ana Barriga y Gargantas
cosidas, tobillos atados de Mario Espliego y Una serenata
fallida de Raisa Maudit), el discurso ecofeminista (Prótesis para
invertebrados de Saelia Aparicio), arte y nuevas tecnologías (My
advice to Eva de Lucía Moreno) y arte y multitud (Uñas y dientes de
Sussana Inglada).
Leandro Navarro
Hacer el recorrido, obra por obra y artista por artista, no suele ofrecer buenos resultados críticos. La crítica se convierte en mera enumeración, uno termina mencionando casos y cosas que para el lector no resultan evidentes. Es preferible abordar una valoración de conjunto, destacando las intervenciones principales.
ResponderEliminarHe destacado y comentado cuatro de los ocho casos presentados. De cualquier forma, agradezco la crítica y la tendré en cuenta para ocasiones futuras.
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