Título: Duel
Fecha: 29 de noviembre de 2019 – 3 de marzo de 2019
Lugar: Galería Marta Cervera
Artista: Bernard Piffaretti
Bernard
Piffaretti explora un territorio ilimitado dentro de los límites que él mismo
ha circunscrito. Una línea vertical es el principio que organiza todas
sus composiciones. Al modo de las “cremalleras” de Barnet Newman, las líneas de
Piffarretti dividen el lienzo en dos áreas. En un área crea un patrón abstracto
y en la otra ejecuta su reproducción a mano y de memoria. Este principio de
composición ha orientado su producción artística desde 1986 y le ha valido un
merecido reconocimiento internacional. Buena muestra de ello es que el Centre Georges
Pompidou está preparando una amplia retrospectiva sobre su trabajo.
Bernard Piffaretti, Duel, 2018/19, Fotografía de la instalación en la Galería Marta Cervera |
El aparente
formalismo del llamado método Piffarretti
a través del redoblamiento de la imagen en el lienzo alumbra paradójicamente una
reflexión sobre la singularidad del propio acto de pintar. Con esta
reglamentación mínima su pintura sitúa la mirada ante un proceso de reproducción
que juega con la repetición y la diferencia, incorporando elementos efímeros y
accidentales que rompen la ilusión de continuidad y socavan cualquier forma de
generalización. Más que un método Piffaretti ha instalado un principio de acción que implica el
inacabamiento, deconstruyendo la repetición estricta y apelando a las fuerzas materiales
y psíquicas del instante de la ejecución para singularizar la materia
pictórica. Las formas que ensaya sobre el lienzo juegan heterodoxamente con los
repertorios formales de la abstracción, pero los someten a un cierto azar
circunstancial, variable y no calculable que despoja a su pintura de cualquier
lastre universalista.
Bernard Piffaretti, Untitled, Acrílico sobre lienzo 2018 |
La
posición particular de Bernard Piffaretti se afirma en su síntesis de la
abstracción europea de corte universal o espiritual, el expresionismo
abstracto americano y los principios formales del movimiento francés Supports-surfaces. Su pintura manifiesta
una continuidad con las principales figuras de la tradición europea -como Kazimir Malévich o Piet Mondrian-, aunque
rompe con la forma absoluta y su carácter espiritual, introduciendo una
discontinuidad y una diferencia radical que arruina por igual la generalización
y la trascendencia. En este sentido, su repertorio formal se ve literalmente
salpicado por la axiomática de la acción de la pintura americana, mucho más
prosaica y modesta en sus planteamientos y frecuentemente volcada sobre las
tensiones inmanentes de la creación. Aunque a diferencia de la pintura de
acción, el arte de Piffaretti mantiene la expresión pictórica y su carga
subjetiva a distancia. Por otra parte, pese a las similitudes superficiales con
los artistas Support/Surfaces,
Bernard Piffaretti no es un pintor que busque un sentido del rigor o una
exclusividad en su práctica. Su arte evita la alegoría ideológica del Support/Surfaces y manifiesta una
vocación singular de permanencia como un acto de repetición, “una diferencia sin
concepto” en sentido deleuziano. Su pintura tiene así la virtud de mantener un
intenso dialogo con la tradición, sin quedar completamente subsumida a ella.
Bernard Piffaretti, Duel, 2018/19, Fotografía de la instalación en la Galería Marta Cervera |
La Galería
Marta Cervera presenta Duel, una
excelente ocasión para acercarnos al trabajo de este renovador artista francés.
La exposición recoge una decena de cuadros que manejan libremente las
gramáticas abstractas planteando la reproducción de formas geométricas, líneas
curvas, patrones y superposiciones de brochazos para producir situaciones
pictóricas autónomas. En la muestra Piffaretti amplia ligeramente su paleta de
colores, aunque sigue evitando las mezclas y apostando por efectos cromáticos
puros. Su ejecución no es rigurosa ni preciosista y en ocasiones raya
intencionadamente el esbozo para reforzar la sensación de espontaneidad a
través de la incorporación del goteo y la imprecisión de los brochazos sobre el
lienzo. Por medio de estas variaciones y accidentes mínimos, Piffaretti logra
introducirnos en un espacio donde nuestra percepción cae del lado del registro
de la singularidad y la multiplicidad de las formas. Sus juegos de duplicidades
y redoblamientos se revela así como una estrategia empecinada que deconstruye sutilmente
la identidad del original para mostrarnos sus piezas como suits monádicas de
unidades singulares, sin copia ni reproducción. La vecindad de las
composiciones aparentemente gemelas solo asegura la discontinuidad y la
ruptura para reivindicar la instante pictórico y la imposibilidad de la copia o
el original. Su trabajo se instituye entonces como una especie de
cuestionamiento de la sistematicidad que lo inaugura. Dentro de este espacio
mínimo de infinitas variaciones, el enigma de su pintura proviene de la
contradicción latente entre la simplicidad formal de sus estructura visuales, y
el rechazo a todas las formas de generalización y sus connotaciones
universalistas. Su modestia sensible transfiere a su pintura un aspecto ético
que, sin ninguna voluntad de asentar un discurso moralista, abre la
constelación singular de la autonomía de las formas. Un trabajo relevante en
tanto recoge y renueva la tradición abstracta, situándola en el espacio de
nuestra contemporaneidad.
David Pérez Pérez
Excelente.
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